El envejecimiento, es una etapa que conlleva un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, ya que a lo largo del tiempo se acumulan una gran variedad de daños moleculares y celulares. (OMS), es un proceso dinámico, progresivo e irreversible en el que intervienen múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales y en el que ocurren transformaciones en forma natural llamados cambios fisiológicos.
Entre ellos tenemos los cambios en los sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato,) los que producen varios efectos sobre el envejecimiento y que pueden alterar el estilo de vida de las personas mayores.
En el sentido de la visión existe un aumento a la sensibilidad a la luz, una disminución de la agudeza visual, de la visión nocturna, de la producción de lágrimas, lo que puede causar sequedad en los ojos y de la capacidad de ver colores.
En el sentido de la audición, se presenta un aumento del cerumen del oído que puede bloquear el sonido y una disminución de oír ruidos agudos y bajos.
Se presenta una disminución de la percepción del tacto y del dolor, en la capacidad de sentir presión y sensación de frío y calor.
En el sentido del gusto y olfato existe una disminución de las sensaciones, hay pérdida de la sensibilidad gustativa y olfatoria, aumenta en forma relativa la sensibilidad al sabor amargo y al dulce, hay disminución de la producción y viscosidad de la saliva, alterando la movilidad de la lengua y la deglución de los alimentos.
¿Cuál es la relación entre el sentido del gusto y olfato?
El olfato y el gusto juegan un papel importante en la seguridad y el disfrute de los alimentos. La principal sensación del sabor proviene de los olores, una comida deliciosa o un aroma placentero pueden mejorar la interacción social, además estos sentidos permiten también detectar peligros, como identificar una comida descompuesta, o presencia de gases y humo en la comida.
Para distinguir los sabores, el cerebro requiere de la información proporcionada por el olfato y el gusto. Estas sensaciones son transmitidas al cerebro desde la nariz y la boca, distintas áreas del cerebro integran la información, permitiendo reconocer y apreciar los sabores.
Las papilas gustativas de la lengua identifican el sabor y las terminaciones nerviosas de la nariz identifican el olor. Con la edad el número de papilas disminuyen, existe menor producción de saliva lo que puede causar resequedad en la boca y afectar el sentido del gusto.
Los sentidos del gusto y el olfato trabajan juntos. La mayor parte de los sabores están asociados con olores. El sentido del olfato comienza en los receptores nerviosos ubicados en la parte alta del revestimiento de la nariz.
Las membranas que recubren la nariz se vuelven más delgadas y más secas y los nervios implicados en el olfato se deterioran.
La disminución del gusto y el olfato también podría llevar a condimentar los alimentos con sal o azúcar en exceso para realzar el sabor, lo cual podría ser un problema para la salud.
La disfunción olfatoria asociada al envejecimiento se denomina presbiosmia y la dificultad para detectar el gusto se llama ageusia.
Debido a que el olfato y el gusto disminuyen con la edad, muchos alimentos resultan insípidos. La boca tiende a estar seca con más frecuencia, reduciendo aún más la capacidad del gusto y del olfato, lo que puede ocasionar en disminución de la ingesta y por consecuencia, una alimentación insuficiente para cubrir las necesidades nutricionales.
Ante problemas para oler y degustar su comida, es recomendable agregar color, textura, aroma y saborizar los alimentos con hierbas aromáticas, o especias, para potenciar el sabor de los alimentos.
Las hierbas aromáticas las podemos consumir frescas o deshidratadas, entre las cuales podemos mencionar el orégano, perejil, albahaca, romero, para preparar infusiones o agregar a salsas, pastas, verduras, carnes en general. El tomate seco aporta un sabor muy intenso a las comidas, con un toque saladito, sin necesidad de usar sal.
Algunas recetas:
Agua saborizada con menta y jengibre)
Ingredientes:
– 1 naranja o limón
– 20 gotas de estevia (opcional)
– 2 ramitas de menta , 1 cuerpo de jengibre
– 2 litros de agua
Preparación:
Colocar todos los ingredientes en un jarro
Rellenar con el agua, reposar 30 minutos antes de beber.
Aceite saborizado:
Aceite de oliva 250 ml, agregar 2 cucharadas de orégano seco, 2 hojas de laurel y una pizca de sal, dejar reposar 3 semanas.
Ideal para ensaladas y preparaciones, tiene propiedades digestivas y antioxidantes.
Cebiche de champiñones
Mezclar 200 gr de champiñones limpios y laminados, con 3 cebollines picados y 1 pimentón rojo picados en cuadritos.
Agregar jugo de limón, 4 cucharitas de aceite de oliva, ½ cucharita jengibre, ½ taza de cilantro picadito, sal y pimienta a gusto, integrar todos los ingredientes.
Escrito para www.lavozdelosmayores.cl por Luisa Vergara T., Nutricionista Universidad Católica del Norte, uam@ucn.cl
-Arévalo, D, Estimulación múltiple en adultos mayores, 2011https://quieneseladultomayor.wordpress.com/cambios-fisiologicos/ https://www.merckmanuals.com/es-us/hogar/trastornos-otorrinolaringol%C3%B3gicos/s%C3%ADntomas-de-las-enfermedades-de-la-nariz-y-la-garganta/introducci%C3%B3n-al-olfato-y-al-gusto
-Ortiz Genaro Gabriel, Arias-Merino Elva D, Velásquez – Brizuela Irma E, Pacheco –Moisés Fermín PP, Flores-Alvarado Luis J, Torres –Sánchez Erandis D et al. Envejecimiento y metabolismo: cambios y regulación. ALAN [Internet]. 2012 Sep [citado 2021 Jun 19] ; 62( 3 ): 249-257. Disponible en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222012000300007&lng=es.
-Rebolledo ,A, Bustos, P, Manual de Alimentación y Nutrición humana, Depto Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, 2003 www.salud.mapfre.es/…/enfermedades-mayores/alteraciones-del-gusto-y-el-olfato