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jueves, abril 25, 2024

Envejecimiento, estereotipos y origen de los mitos

El envejecimiento, en el ser humano, tiene una mirada que está determinada por procesos simbólicos, biológicos y económicos ligados a roles establecidos por cada cultura: Cada sociedad define las etapas de la vida creando normas y valores a seguir, los cuales pueden favorecer o no a los distintos sectores de la población.

Posiblemente en la historia, en culturas tradicionales el anciano era símbolo de respeto y sabiduría, en la sociedad occidental se desplazó esa figura, con la era de la industrialización y la organización del trabajo, donde se privilegia la fuerza física y la salud. También en el cine, las figuras masculinas de Hollywood, en los tiempos de apogeo, en los años 50 y 60 que estaba representada por los personajes masculinos, con hombres maduros, cuarentones y cincuentones (Gary Gable, Gary Cooper, Jimmy Stewart, John Wayne, etc.) estos comienzan a ser desplazados por figuras cada vez más jóvenes.

Lo anterior sigue un patrón sociológico, donde el rol, la posición y el estatus de la persona mayor termina estando asociados a los recursos que existen en la comunidad para garantizar su sobrevivencia y reproducción.

En un lenguaje simbólico básico, el envejecimiento, en la sociedad moderna se ha ligado a ideas peyorativas, estereotipos y negación de las personas envejecidas. Tanto así, que esa fase, la vejez, se mira en distintas edades previas como lejana, como parte de un futuro que no se desea alcanzar y como un acontecimiento que le ocurre a “otros”.  Y, en la medida que se pueda, naturalmente, las personas toman medidas para no ser identificadas con dicho grupo.

A esta relegación social, de despojo se le agrega otra, la estigmatización. A pesar que no todas las personas mayores compartan las mismas problemáticas, ni ventajas. Algunos son independientes, física y económicamente y otros son funcionales y productivos.

El psiquiatra estadounidense, Robert Butler, definió el concepto de “viejismo” (“ageism”), como procesos sistemáticos (no conscientes) de discriminación y estereotipos hacia las personas por el simple hecho de estar envejecidas, sin considerar sus características individuales. Otra cosa perversa es que la aceptación de dichos estereotipos también lleva al cumplimiento de los mismos: “Estoy muy viejo para aquello” “No tengo edad para esto”, comportándose tal como se esperaría que lo hagan, asumiendo pasividad, dependencia y miedo al futuro.

Un ejemplo de esa mirada por ejemplo en Chile, se muestra en una encuesta que el SENAMA (Servicio Nacional del Adulto Mayor) realizó el año 2012, un estudio sobre la imagen de los estudiantes de enseñanza secundaria sobre los adultos mayores. Si bien se observaron algunas tendencias positivas a la hora de evaluar a este grupo, la presencia de estereotipos negativos fue evidente, emitiendo los siguientes:

Porfiados o rígidos

Enfermizas, depresivos, infelices

Frágiles y con miedo a la muerte

Marginadas

Desvaloradas socialmente

Sexualmente inactivas

Dependientes

Sólo en la visión de infelicidad, es muy interesante el estudio de Robert Waldinger realizado en la Universidad de Harvard, sobre la felicidad. El estudio escogió a 724 personas para estudiar sus vidas en la década de 1930 e hizo un seguimiento de 75 años

¿Qué hallazgos encontró el “Estudio del desarrollo adulto” de la Universidad de Harvard; después de 75 años de estudio?

¿Qué es lo que desean los jóvenes, entre 15 y 30 años? Un 80% centran sus deseos en querer ser ricos

Que desean las personas entre 30-40 años Un 50 % quieren ser famosos (y multimillonarios)

¿Qué quieren ser los mayores?   ¡Felices solamente!

Su mayor conclusión fue que quienes mantenían buenas relaciones con sus pares: amigos, familia, vecinos, etc. eran los que envejecían más saludables, eran muy felices y vivían más tiempo.

El anterior es sólo un ejemplo de los tantos mitos sobre las personas mayores.  Posiblemente el mayor de todos sea considerarlos a todos como un grupo homogéneo, bajo el concepto de «viejismo». Sin considerar, la sobrevida de las personas que, en Chile, el 2020 era de 82,1 años en mujeres y 77,3 para los hombres., hace que el grupo sea muy heterogéneo, no se puede asociar únicamente a enfermedades o deterioros. ¡De ninguna manera!

Al final de este análisis subrayamos que los estereotipos se basan en concepciones básicas, desde las dicotomías simples:  Bueno /Malo, Bello / feo, Joven / viejo, etc., que pueden tener una utilidad de “cajitas “de elección clasificatoria, pero que terminan asociando mundos y personas tan diversas en un grupo etario muy diverso, que, además, se amplía, progresivamente con las tasas de sobrevida cada vez mayores y donde cada uno tiene una identidad propia.

Comprender los mitos y estereotipos, nos ayudará a cambiar la mirada del envejecimiento y la vejez, en los demás y en nosotros mismos.

Escrito por: Alejandro Jorratt L. Kinesiólogo Universidad Católica del Norte, uam@ucn.cl   

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