La población de personas mayores crece a cifras exorbitantes. A nivel mundial, se proyecta un aumento del 65% de la población mayor hacia el 2030, mientras que en Chile se calcula que, para el 2050, 3 de cada 10 habitantes tendrán sobre 60 años. Por ello, mejorar la calidad de las políticas públicas que apunten a aumentar su calidad de vida es fundamental.
Como una manera de contribuir a la investigación en torno a este tema, académicos de la Universidad San Sebastián demostraron los beneficios que presenta una intervención de ejercicio físico en personas mayores, utilizando una combinación multicomponente estructurada, que mezcla ejercicios de fuerza y potencia muscular, cardiovascular, de flexibilidad y equilibrio, además de otros componentes psicomotrices y educación.
El estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, se realizó con 45 personas mayores de 60-87 años que regularmente se controlan en la atención primaria de salud. A ellos se les aplicó una intervención de ejercicio físico multicomponente, estructurado y prescrito, como si fuera un fármaco, bajo el principio FITT-VP, que tiene que ver con la frecuencia, la intensidad, el tipo y el tiempo de realización del ejercicio, además de la cantidad de trabajo total realizado y la progresión de este.
Los beneficios que recibieron tras 12 semanas de realizar 60 minutos de ejercicio de intensidad moderada, tres veces por semana, son enormes. Por una parte, se registró una mejora significativa en su funcionamiento físico, funcional, cognitivo y social, además de contrarrestar la tendencia a patologías crónicas como la obesidad, y síndromes geriátricos como la depresión, la sarcopenia, y la fragilidad biopsicosocial. En resumen, un aumento considerable en su calidad de vida.
“Uno de los aspectos que más cambió fue el estado anímico”, señala el kinesiólogo Rafael Pizarro, investigador que lideró el estudio desde la Universidad San Sebastián (USS). Pizarro es Phd. en Investigación Gerontológica y académico de la Facultad de Odontología y Ciencias de la Rehabilitación USS.
Fortalecer las políticas públicas
Según explica el investigador, quien ha colaborado en varias políticas públicas de MINSAL y SENAMA que abordan la temática de actividad y ejercicio físico en personas mayores, si bien en Chile existen políticas públicas de actividad física para ellos, aún falta mejorar ciertos aspectos técnicos.
Menciona que “las intervenciones están poco protocolizadas; se enfocan en algunos componentes de la condición física funcional, como el ejercicio de tipo cardiovascular y de fuerza, dejando de lado otros componentes; en términos de planificación, cada sesión no aborda una estructura (secuencia inicial, parte central y vuelta a la calma), y los ejercicios no son prescritos bajo el principio FITT-VP”, señala el investigador.
Además, indica que falta mucho por hacer en términos de evaluación de estas intervenciones. “La evaluación se centra regularmente en la condición física-funcional, a través de baterías de pruebas clínicas. Pero el abordaje de las personas mayores en el ámbito de la Gerontología y la Geriatría debería medirse con un conjunto de herramientas que se entienden como la Valoración Gerontológica Integral: una visión más holística que considera elementos biológicos, funcionales, psicoafectivos y sociales, entre otros”, dice el kinesiólogo.
Por eso, advierte que en este trabajo participaron profesionales de diferentes disciplinas de la salud, como Samuel Durán, investigador de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud y director del Magíster en Nutrición en Salud Pública USS, y un equipo interdisciplinar compuesto por Kinesiólogos, Nutricionistas y Fonoaudiólogo.
Pizarro explica que “la investigación propone un protocolo estructurado para intervenciones de ejercicio físico multicomponente, y la incorporación de una evaluación más amplia con escalas, cuestionarios y pruebas clínicas de bajo costo, integrando la evaluación de la calidad de vida y las esferas biopsicosociales”, subsanar vacíos y aportar con aspectos técnicos y evidencia que sirvan para la mejora de políticas públicas relacionadas al ejercicio físico en las personas mayores a nivel de la comunidad y/o atención primaria de salud, siendo esta una intervención promocional-preventiva que genere un empoderamiento de la salud y un cambio en el estilo de vida, y con ello, una mejora sustancial de la calidad de vida de las personas mayores.
“Esto permite además, estar más cerca de la directrices actualizadas a nivel mundial, sobre el diseño e implementación de intervenciones de ejercicio físico en personas mayores, que bajo el alero de políticas públicas, puedan generar un mayor impacto a nivel poblacional”, resaltó el investigador.