En octubre se conmemoró el “Mes del Adulto Mayor” en Chile, lo que se transforma en un momento propicio para reflexionar sobre un tema que a menudo pasa desapercibido: la sexualidad en este grupo etario. Nuestro país se enfrenta a un rápido proceso de envejecimiento poblacional debido a las bajas tasas de fecundidad y el aumento de esperanza de vida, entre algunos motivos, transición demográfica que ha transformado parte de la dinámica en la sociedad, observando cómo estereotipos y prejuicios en torno a la sexualidad de estas personas han sido una barrera.
Los esfuerzos en la promoción del envejecimiento activo y el impulso en la implementación de normativas, leyes, programas y proyectos destinados a mejorar su calidad de vida han ayudado a reducir estigmas, pero aún quedan temas pendientes por abordar de manera integral, entre ellos la sexualidad.
En terapia ocupacional esta es considerada y clasificada como una parte integral de las actividades básicas de la vida diaria, esencial para el bienestar físico y emocional de las personas mayores. Mantener una vida sexual activa y satisfactoria contribuye a la calidad de vida y puede tener un impacto positivo en la salud integral. La falta de información y de apoyo en relación a este tema puede tener consecuencias negativas para este grupo, como la depresión, disminución de la autoestima y/o de la autopercepción y la pérdida de intimidad en las relaciones.
A medida que Chile continúa experimentando un rápido proceso de envejecimiento poblacional, es esencial que la sociedad y los profesionales del área se comprometan a aportar en la eliminación de los tabúes en torno a la sexualidad, sobre todo de las personas mayores, a modo de brindar el apoyo necesario para garantizar una vida sexual saludable, satisfactoria y plena en esta etapa de la vida. Además, se debe impulsar programas de apoyo y servicios de salud específicos para abordar las necesidades sexuales en este grupo, ofreciendo espacios seguros, educación y terapias o tratamiento cuando sea requerido.
Es momento de reconocer y respetar las necesidades y deseos de las personas mayores en este aspecto, promoviendo una sociedad más inclusiva y consciente de la diversidad de experiencias y vivencias de las distintas etapas y ciclos vitales.
Por: Nicole Augsburger Académica de la Carrera de Terapia Ocupacional UDLA Sede Viña del Mar